jueves, 1 de marzo de 2018

Le dejé marchar.
Hace ya demasiado tiempo.
Y lo he vuelto a hacer
por el mismo miedo.
Miedo al dolor 
de no saber a qué. 
Miedo a tener miedo. 
A que me tiemblen las piernas de nuevo.
A no saber de ti
cuando las noches se hacen eternas.
Le he vuelto a dejar marchar
porque la soledad es más segura
que este vacío inmenso 
que sé que dejarás
una vez desaparezcas sin más. 
Y yo no pediré ninguna explicación. 
Porque no me pertenecerás.
Y eso es lo que más amaré de ti. 
Que sepas que no te pertenezco
y puedas vivir sin más. 

La libertad.