jueves, 18 de enero de 2018

Aunque ya sea tarde.

Hoy es tu cumpleaños.
Y me gustaría decirte un te quiero. Hace ya demasiados años. ¿Cuántas vidas vamos a aguantar? Me gustaría decirte que he visto una serie que te va a encantar. Y que he cambiado. Pero esto último no es verdad. Te diría que soy más tolerante con la injusticia, menos yo. Que ya no voy con mi verdad por bandera, porque me doy cuenta de que puedo estar equivocada. Que se me puede querer mejor. Que me he vuelto ordenada. Y que te encantaría conocer mi nueva casa. Pero ni siquiera me he mudado. Y este caos es cada día más inmenso. Me gustaría que me quisieras, de verdad. Me gustaría que quererme fuera un poco más fácil. No haber perdido gente por el camino. No haber dejado nunca de hablarte. Me gustaría no decir nunca más que llevo una eternidad sin abrazarte. Me gustaría poder hablar de ti a cada persona nueva que conozco. Llevarte siempre conmigo, y entenderte a cada instante. Pero hablamos idiomas distintos, tal vez de lenguas ya extintas. Quiero aprenderte, saber expresarme contigo. Pero ya van treinta años, y no lo consigo. Perdóname, de verdad. Perdóname por cada vacío, por cada falta, por cada insensatez, por cada vez que creíste que no te llevaba conmigo. Por no agarrarte de la mano, por no ver tu caída, por no ver que no eras feliz conmigo. De ti aprendí la lección más valiosa, la que más me ha ayudado en la vida. Y es que no siempre, no todo el mundo, puede quererte. Y, a veces, ni siquiera puedes hacer algo para cambiarlo. Pero, aún más importante, aprendí, que no sé querer distinto. Y lo siento. Aunque ya sea tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario