miércoles, 18 de enero de 2017

Roy Galán.



En mi porvenir no estás.

Y aunque me hubiera gustado otra cosa.

No es lo que ha sido.


Me pregunto si se puede llorar por el futuro.

Si puede doler algo que no existe ni va a existir nunca.

Si la vida bromea con nosotros como aves que bajan a tierra a beber de un charco que se filtra más rápido que el batir de las alas.

Yo, que tenía una lista interminable de cosas para sorprenderte.

Para despegarte de la rutina.

Para hacer desorden de tu nombre.

Yo, que tenía un verbo que nunca usé con nadie.

Un verbo agarrado a mi manita de niño como una madre que ayuda a cruzar una acera.

Un niño de puntillas que usa el estómago como silla.

Para llegar a la garganta.

Y que se cae hasta al fondo antes de conseguirlo.

Un niño en el suelo de la cavidad.

Que llora y se tapa del frío con el verbo.

Yo, que tenía en mi mente compartir mi vida.

Una vida en la que te trataba con el cuidado y la fuerza de unos pies de puntillas cuando alguien duerme.

En la que desactivaba mis articulaciones y me quedaba vacío de piel mientras me besabas.

Desmayándome al cosmos.

Regresando a casa.

Con tu polla dentro.

Una vida en la que no faltaban abrazos.

Ni macarrones.

Yo, que tengo una vida diseñada que no se va a construir.

Y me dan ganas de donarla a la ciencia.

Donar nuestra historia que no fue.

Para que otros la vivan.

Y así, al menos, mi tiempo cobraría sentido.

Mi tiempo.

Se acaban las horas, los días y las semanas.

Se acaba el año.

Nos acabamos yo y tú.

Sí, el burro delante para que no se espante.

Y aunque ahora esté triste por el futuro.

Esto no es el final.

Porque elegiste otro modo de estar presente.

Y no serás tú.

El que me vea despertar.

El que me escuche cantar en la ducha a Justin Bieber.

El que me vea llorar cuando recibo un mensaje bonito.

El que me ayude a enterrar o desenterrar.

El que me haga con intimidad.

El que rescate el verbo y al niño.

Estarás.

Perdiéndote todo lo que, de verdad, soy capaz de dar.

Solo espero que un día me presentes a alguien.

Y ver el brillo que adiviné en tus ojos.

Y ver que hay personas que pueden y saben llegar a ti.

Y que tú puedes y sabes llegar a ellos.

Solo espero que seas feliz porque quiero lo mejor para ti.

Y porque yo, que me quería morir contigo.

Voy a hacer lo imposible.

Por estar conmigo.

Intentando de nuevo amar.

Hasta que no quede nada.

En esta carne viva.

Que todavía sabe a sal.


-Roy Galán-

No hay comentarios:

Publicar un comentario