miércoles, 18 de enero de 2017

No te pude retener.

Comencé buscando en ti algo más, un amigo. ¡Vamos a pasear! ¡Salgamos a tomar una caña! ¡Quiero que conozcas a mi amiga! ¡Este recital no te lo puedes perder! ¡Si miras así, ganarás en perspectiva! Y tú me dijiste que el amor era otra cosa. Al principio no te creí, pero lo decías muy en serio, así que comencé a comportarme como el adulto que todos decían que debía ser. Dejé de salir a pasear, o de proponerme planes enriquecedores porque eso era no mirar hacia el futuro. Y, por lo visto, lo de ser incapaz de pensar en algo que aún no existe, era un problema muy gordo. Pero qué te iba a contar yo, que me había pasado dos años enclaustrada en un presente sin gota de algún futuro que no pintara aterrador. El pasado no iba a volver. Lo único que tenía era un presente mediocre. Cuando te conocí, quería única y exclusivamente vivir. Pero entonces... llegó septiembre, y la gente volvió a la vida, esa que es medio muerte. Y para esos días, yo ya estaba colada por tu forma de existir. Me hubiera agarrado a tu pierna izquierda todo el día, como una lapa. Sin mucho más que hacer. Quise ser como tú, quise tener una rutina, y ser alguien mejor. Alguien con quien tú quisieras estar para siempre, alguien que te mereciera la pena. Y yo, ente abstracto con formas circulares quise entrar en un cuadrado que no se adaptaba ni un poquito a mis formas. Me pinchaban las esquinas y me rozaban los bordes. Pero me veía tan guapa con tus ojos... y comenzamos a hacer esas cosas que hacen las parejas, pero seguimos siendo amigos, no sé cómo lo conseguimos. Un día, me miraste y me dijiste que no sabías cómo, pero yo era un mejor amigo. Ese día me sentí más guapa y más orgullosa de mí misma que nunca.
Pasó el tiempo, y no supimos hacerlo. La cuadratura del círculo comenzó a hacerme roces, y comencé a llorar a escondidas, por no hacerte daño. Tú te sentiste atrapado en esas esquinas donde yo echaba la mierda de los roces de mis hendiduras abstractas. Y, al final, lo único que consigo al mirar mi cicatriz es verte a ti. Con tanto amor y tanta ternura queriendo curar algo que nunca iba a tener cura.
"No te pude retener. Tú querías más vivir, y yo vivir en ti, sin más".
Y no te culpo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario