miércoles, 18 de enero de 2017

Jarras de cristal.



Te gustará saber
que ahora bebo agua
en jarras de cristal.
Que emparejo
los calcetines del mismo color
y los guardo en un cajón.
Que he tirado la vieja bicicleta
que tanto molestaba en el salón,
y que guardo los zapatos de dos en dos.
Te gustará también saber
que me preocupo si alguien sale
poco abrigado a la calle.
Y que hay días
que hago la cama. Desde que te has ido
aún no he olvidado
ningún día
comer.
Te prometí que iba a crecer.
Y así lo hice.
El problema no es crecer,
el problema es olvidar
-que diría el principito-.
Y aquí estoy,
yo que no olvido
que los calcetines de rayas van mejor
con los de lunares, y que los míos
mezclados con los tuyos
solo significaba que estábamos juntos
no poco atentos.
Y aquí estoy, casi con un año más
a mis espaldas
tratando de no verte en mis sueños
y, sobre todo, de no llorar como una niña
cada vez que lo hago.


¿Sabes?
Creo que voy a ser una adulta maravillosa. Pero también creo
que puedo esperar
un poco más para serlo.


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