jueves, 15 de diciembre de 2016

Vuelta a la vida. Vuelvo a escribir.

He vuelto a escribir. Y no sé si eso es síntoma de que me dueles menos, o de que dueles tanto que no te puedo guardar. El caso es que ahora le grito a un papel, como si tú estuvieras escuchando justo al otro lado. Tú que nunca leíste mis poemas, que no mirabas con admiración cuando recitaba versos frente a cientos de personas. Tú, que decías que te gustaban otras cosas de mí. Ahora yo, me pregunto, si no leíste mi alma y nunca me viste saltar en los charcos, ¿qué podría gustarte de mí? Quizá esa sea la respuesta al interrogante de por qué no te tembló el pulso al bajar las escaleras, por qué no te rompiste en mil pedazos, por qué nunca volviste a volver.

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