sábado, 31 de mayo de 2014

amor en huida libre



Las noches
son más cortas
desde que nunca llegas.

Creo que fue ayer
cuando te marchaste.
Se me olvidó
olvidarte.

¿Dónde coño está el amor?
El de verdad.
El que no traiciona.
El del "para siempre".
El de "sin límites".

El amor libre.

Nos creemos libres
cuando amamos poco,
amamos a medias
cuando somos presos del miedo
que nos empuja a un precipicio
lleno de cadáveres,
muertes de amor inusuales
y normales
a partes iguales.

Te burlas de la anarquía
de mi amor libre,
excesivo,
dices,
demasiada pasión.

¿Pero qué es el amor
si no ?
¿Y dónde se ha metido
ese maldito cabrón?

Quizá eras tú,  el que se fue esta mañana por mi balcón.

Síndrome de abstinencia



Desde que ya no estás
me da por fumar,
por empaparme
de todo eso que no eres tú
(libros, café y alcohol a partes iguales).

Sexo.
Mucho sexo.

Lloro en los conciertos
cuando te pronuncian sin nombrarte
y salgo de la mano de un hombre
que no eres tú.
Canto a voz en grito
a las cuerdas de la guitarra
de un auténtico desconocido.
Lloro.

Desde que ya no estás
duermo con un perro.

Sexo.
Mucho sexo.
No más que cuando estabas tú,
eso era tema a parte
una melodía, la quinta sinfonía,
sonando a todas horas.
No había remedio.
Como esas cosas
que no puedes parar de tocar
como esas canciones
que no puedes parar de cantar
como ponerse en pie al final de un concierto
cuando te invaden todos los sentidos.
Así era
porque siempre fue
nuestro.
Solo nuestro.

Ahora no hay menos,
pero es peor
porque no es contigo.

Siempre que termino
miro al espejo
como si fueras tú
el que está ahí detrás.
Como si pudieras tocarme,
como si pudieras amarme,
y mientras,

el perro se lame los huevos.

Pero ya no me importa,
porque tú
ya no estás.

jueves, 29 de mayo de 2014

Cuando el corazón se rompe



Cuando el corazón se rompe,

sientes como se clava.
Como cada trocito
de cristal pequeño
se clava
en cada uno de tus órganos
y te raja de arriba abajo.

De arriba
abajo.

Siempre
he imaginado el corazón
como un diamante.

Un diamante de color rojo.

Al principio fue carbón,
hasta que lo encontraste.

Imposible de rayar,
la tenacidad del diamante
nunca fue su fuerte:
podría romperse
con cualquier martillo
de tres al cuarto.

O por un despiste,
como el tuyo.

Sin embargo,
el diamante,
fiel resistente
por su dureza
es capaz de resistir
y resistir
hasta llegarse a romper.

De todos los diamantes
tuve que escoger el rojo.
De todos los corazones
tuviste que escoger el mío.
¿Es bello verdad?
Nunca quisiste verlo.
Siempre decías que
aquello imposible
de obtener
era mejor desconocer.

Maldito imbécil.




sábado, 24 de mayo de 2014

Cómo llega, cómo se queda y cómo se va el amor.

Días y días hablando sobre lo mismo y no llegamos a nada en claro: El amor. Mi séquito de hadas y yo, hemos estado divagando sobre cómo llega, cómo se va y lo peor... cómo se queda. Ésto último no lo tenemos muy claro, pero creemos que si se va a quedar, como mínimo tiene que aprender a volar, y es que como dijo H, en la película de "El lado oscuro del corazón":





"No les perdono bajo ningún concepto que no sepan volar. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo".


Y así es, nos pasamos la vida buscando ese algo, relacionándonos con personas que no lo tienen y dañando nuestro pequeño miembro bombeador. ¿Para qué? Para nada. Para caminar descalzos entre llamas ardiendo y aprender a no quemarnos y para un día estar tan cansados, que ya no tengamos fuerzas de buscar nada más y, para cuando eso ocurra, justo en el instante inmediatamente anterior, cuando las llamas más queman, cuando ni si quiera puedes mantenerte, aparezca alguien, ese alguien por quien aguantarías las llamas un rato más, -sólo un poco más- te dices. Hay quien intenta convencerte de que el sufrimiento de esas piedras ardiendo es algo psicológico, que si logras deshacerte de esa parte mental de sufrimiento desaparecerá, y podrás quedarte allí de pie, mirando a esa persona, que no sabes lo que tiene, pero que es algo especial. Y ahí te quedas, mirando como un pasmarote sufriendo, de cansancio, de dolor, pero mirando, por si acaso. Y esa persona te coge de la mano y te enseña a caminar por el fuego, sientes que no te quemas mientras tus pies se deshacen lentamente, pero caminas, es el amor, que te deshace de todo sufrimiento. Tú caminas en llamas mientras la otra persona rodea pausadamente (pero de tu mano) la tabla con las piedras ardiendo, te hace creer capaz de todo, podrías arrodillarte y hasta besar el fuego sin tan si quiera quemarte, o eso es lo que crees.



Y yo me pregunto, ¿qué es todo esto? Hasta dónde piensas llegar. Sal ya de ahí maldito imbécil. ¿No ves que te estás quemando? ¿No ves qué vas a perder lo más preciado que tienes? Tu capacidad de andar por ti mismo, tu libertad. La perderás si sigues caminando por las brasas. Y te aseguro que lo que no quieres es que esa persona que te agarra la mano mientras caminas sobre algo ardiendo sea la que guíe tus pasos de ciego, tu silla de ruedas, tu cama enclaustrada, no será la persona que quieras que te mire mientras mueres, no querrás porque no quieres morir, maldito imbécil. Baja ya de ahí antes de que sea tarde. Y tú: no bajas, no bajas porque crees que descender ese escalón sería perder por completo la esperanza y no estás dispuesto a ello. Tú quieres amar, sabes que eres capaz de amar y de aguantar todo lo que sea necesario, además, él/ella va de tu mano mientras sufres, no hay prueba de amor mejor. Así que, como has decidido no escucharme, yo cojo mis cosas y mis pies quemados de esperar y de explicarte y me voy, me voy porque aún puedo caminar, aún puedo hacer mi camino hacia a libertad, aún puedo respirar el aire no contaminado por el carbono del las brasas, aún puedo ser libre, sentirme libre.

"Juventud divino tesoro". Todo en mí es libertad, respiro.


Y puedo volar, sé que puedo porque tengo alas. Se me han quemado un poco, pero muevo un poco los hombros y aparecen de nuevo. Y es que, mi amor, para mí el amor... No trata de nuestra capacidad para aguantar el sufrimiento (propio y ajeno), se trata de volar, volar muy lejos. Volar a un mundo ideal, volar por encima de los coches y de las personas, volar por encima de las llamas ardiendo, ser un peso ligero, al que el calor no le atrapa. Un alma libre, ya te lo dije un día :



Para comprender cómo llega:




Cómo se va, ya lo sabemos todos.


lunes, 19 de mayo de 2014

¿A qué has venido, amor?


Querido amor,

Estoy harta.


Llegas, lo llenas todo y te vas.

¿Qué clase de crueldad la tuya
que deja corazones hambrientos?.
¿Qué clase de crueldad la tuya
que al conocerte
no puede alguien, amor,
conformarse con un poco menos
de ti?. 

Querido amor, estoy harta.

¿A qué has venido?,
¿a
 dejar de nuevo 
un corazón desvalido?,
¿a llevarte mi alma,

amor?.
¿A qué has venido?,
¿a que pase las horas temblando?.

¿A qué has venido?,
¿a dejarme tu sabor 
para luego marcharte?.

Sabor amargo, amor.

Te dije que no volvieras.
Te fuiste,
y repetí
- no quiero volver a verte
nunca más-.

Y aquí estás
de nuevo,
inundando todo con tu aroma, 

llenando huecos con tu pasión, 
dejando huesos con hambre.
Hambre sólo de ti, amor.

¿A qué has venido?
¿A verme sufrir?


¿O acaso has venido a quedarte?.
Te dije que no volvieras,
y has decidido no dejarme.


No quiero soledad
si estás conmigo.
No quiero dependencia
si estoy contigo.


Ya no sé usarte amor,

no sé si debo alimentarte
o si acaso me devorarás

sin darte cuenta, amor.
No sé si debo acariciarte,
o besarte.

Quizá debiera lastimarte amor,
por todas las veces que te has ido.


¿Por qué has vuelto conmigo?
Ahora que conmigo era mi nombre favorito.
Ahora que conmigo era mi compañía preferida.
Ahora que conmigo era estar a solas contigo,
amor.


¿Qué quieres de mí?, ¿a qué has venido?.




jueves, 15 de mayo de 2014

Castillos

El amor explicado con una baraja de Naipes.



- ¿Sabías que hace castillos de Naipes?.
- Pero... Castillos de Naipes los hace cualquiera.
- No podrán hacerlos igual.
- ¿Qué tiene de especial?
- Su forma.
- Pero... Los castillos de Naipes se derrumban cuando hace viento, se mojan y deshacen si viene una tormenta. Cuando tenga miedo y le tiemblen las manos, todo se derrumbará a su alrededor, ¿qué harás entonces cuando ya no pueda volver a empezar?
- Comprará otra baraja y volverá a empezar. Ella siempre vuelve a empezar. Y si el viento sopla fuerte yo me pondré delante, si la lluvia deshace las cartas yo consolaré su angustia, si el miedo le impide hacer su trabajo, yo le daré mis manos.
- No lo entiendo. No sé qué tiene de especial.
- ¿Es que no te has dado cuenta aún? Ella hace castillos de Naipes.

lunes, 12 de mayo de 2014

No tengo nada que ofrecerte

No tengo nada que ofrecerte.

Soy obstinada, terca, cabezota o como lo quieras llamar. Antepongo mi futuro a tu presente y siempre lo haré. Camino con seguridad a pesar de que mis piernas se tambaleen al verte. Tengo unos principios tan fuertes que cuestiono y cuestionaré continuamente nuestra forma de estar en el mundo. He crecido en un espacio muy grande, no te dejaré invadirlo. Libertad, es lo que me enseñaron desde que mis ojos conocieron por vez primera el amor verdadero, el de un hermano. No querré ser tu propiedad ni que tú seas la mía, lo que te confundirá tanto que creerás que no soy para ti, creerás que no quiero estar contigo. Es esta maldita sociedad. Yo quiero pasar el resto de mi hoy contigo, el ayer no lo tengo y el mañana no existe, pero quiero pasar entero mi hoy contigo, es lo máximo que tengo, no te daré más, nunca doy lo que no es mío. Aún así, necesitaré certeza, saber que estás en mi presente, si no la tengo saldré corriendo sin mirar atrás. Tengo miedo, mucho miedo. No hay nada más peligroso que un animal herido y yo aún sigo lamiendo mis heridas, tendrás que soportarlo. Y tendrás que soportarlo porque te escribiré una carta cada noche sin que tú lo sepas, las guardaré y algún día te escribiré un libro, el de nuestros recuerdos, habrá resquicios de una botella pegados (la primera que nos bebimos juntos), una foto o el ticket de entrada aquel museo en el que nos colamos porque robar la mirada al arte era una forma de declarar que aún sigue vivo. El libro tendrá una lágrima, la primera que derramé contigo cuando me desnudaste sin quitarme ni una sola prenda de ropa, cuando me abrazaste y al apretar me di cuenta de que mi herida ya no sangraba más. Tendrá impreso el primer enfado, con caras de esas que ahora mandamos. Tendrá también el primer viaje, o el primer beso, pero ese lo tendrás que recordar, porque el libro siempre estará vivo. Tendrá la primera flor que me regalaste o las largas esperas en el portal y tu mirada ensimismada al verme bajar. Tendrá nuestro primer accidente, nuestra primera preocupación. Tendrá tu sonrisa, que es el único alimento de mi amor. Tendrá tu delicadeza y mi pasión, mis arañazos y tu sabor, tendrá las carreras hasta la Luna y las patadas al Sol, los apuntes descuidados o las miradas perdidas, tendrá los miedos, las dudas y los versos. Porque ese libro, tendrá

todo mi amor.



domingo, 4 de mayo de 2014

Somos lo que comemos



Si somos lo que comemos
y yo me alimento de ti,
¿me estaré convirtiendo entonces
en un pedazo de tu Ser?
¿te estarás convirtiendo tú
en un fragmento de mí?

¿Qué serás?
¿Qué quieres ser?
Verso, poema o cuento.

Si quisieras, tal vez,
ser un verso,
que sea un verso libre.

Si quisieras, quizá,
ser un poema
que sea el poema que rime
conmigo.

Si quisieras ser cuento,
que seas el cuento que nunca termine.