lunes, 22 de diciembre de 2014

Orgasmo equivocado

Me quedaré gritando tu nombre a otro cuerpo, regalando tus besos a otra piel, rasgando la espalda equivocada, porque siempre te irás, pero volverás en otros versos y la misma risa, esa que me empaña el alma cuando te veo. Volverás con esa consciencia inconsciente que me hace verte cuando no te tengo cerca. Y volverás, en otras vidas, y nunca serás tú. Pero cuando por fin lo seas, será tan grande mi alma que procuraré no hablar muy alto, y procuraré reír muy fuerte para que nunca pienses que es a ti a quien grito en cada orgasmo fingido sin ti.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Mañana, ¿quién sabe?

Hay momentos en la vida en que uno simplemente se deja querer. Porque sí, porque quiere, porque ya es hora, porque le apetece. 
Quizá no le hayas conocido en la cabina de un avión destino Nueva York, o vuestro primer beso no tenía la estampa de la cuna de las civilizaciones de fondo, pero al final no se trata de nada de eso, ¿verdad? Al final, los días se definen por el momento de llegar a casa o de salir a dar un paseo, por amanecer juntos o reír, reír profundamente. Al final, mañana quién sabe si quizá seas diabético y no puedas comer dulce o si quizá no sea tu momento para amar. Entonces, coge tu momento y ama, "ama y ensancha el alma". Porque la vida es una, y mañana nadie sabe. Las historias de película están muy bien para el inicio, pero siempre tienen un final. Y si algo tiene final, nunca será un buen final. Así que abre esa botella de vino que guardabas para una ocasión especial, descorcha el mejor champán y vive, vive intensamente. Porque mañana... ¿Quién sabe? 

sábado, 20 de diciembre de 2014

Calendario de adviento

Las ventanas abiertas
del calendario de adviento,
los corazones vacíos
de chocolate 
delatan que es Navidad 
y llega Enero. Ahora
qué aún no 
había empezado bien el año
si quiera.
Pero la esperanza,
cualidad que hasta el más 
desalmado de los funcionarios
conserva,
nos dice que el próximo año 
será mejor. 
Que no queda ya nada de esto
que nos hizo 
amar durante doscientos días,
que nos han quemado las ganas
pero no el corazón 
que siempre hay tiempo 
para empezar de nuevo.
Las ventanas vacías
del calendario de adviento
dicen que hay que tirar 
las botellas gastadas,
poner los regalos en cajas 
y abrir los ojos a un nuevo 
comienzo. 
Abrir paso a nuevos corazones
que no vengan con las alas ya rotas 
y que nos hagan amar 
de nuevo 
los domingos,
que hagan sonar las cuerdas
de la guitarra y del corazón.
Que hagan temblar 
y no sea de frío 
ni de miedo, 
que solo sea de amor.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Poema para después de follar



(...)
Estamos hechos del olvido
de alguna fecha importante,
del eco de un portazo,
(...)

De sobres de ibuprofeno en la encimera
y paroxetina en los cajones,
de perchas que sostienen un verano
que nunca volverá.


De aquellos amigos, que no fueron tan amigos,
cuando de verdad la amistad fue necesaria.
De tu óvulo impaciente esperando
otro polvo sin condón.
De pijamas de vaquitas
y dormir con calcetines,
de un yo también cuando a un te quiero
de respuesta no le basta una mirada.


Pero también amor, estamos hechos,
de este café con vistas a tu boca,
del siempre es primavera allí en tus ojos,
del yo te salvaré de la tormenta
a precio de un abrazo interminable.
Del déjame escribir luego te quiero,
del te quiero querer luego te escribo,
del no se qué escribir si no me quieres.

De tu respiración en mis pulmones,
de esta alergia infernal a tus ausencias,
de tu perfume fiel en la almohada.

Estamos hechos,
de tu ataque frontal a mis costillas,
de mi beso a traición y por la espalda,
de tu mordisco cruel, de la caricia
que recorre mi piel como una ola.

De un fóllame cabrón,
de un hasta el fondo,
de un beso de sudor
y cien suspiros.
Del yo te haré feliz,
del para siempre,
del tu eres mi canción
y yo tu baile.
De lo horrible del mar
si no es contigo,
de a falta de jardín,
riégame a besos.

Estamos hechos
y lo que nos falta por hacer
ya nos lo haremos.


-Ernesto Pérez Vallejo-

domingo, 14 de diciembre de 2014

Dos grandes amores



Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella.

Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo…Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando.


Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más… Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza.

Os libraréis de él o de ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma), pero os aseguro que no pasará un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.

-P. Coelho

sábado, 13 de diciembre de 2014



Se me hace un poco más grande el corazón cada vez que oigo tu voz.


Justo cuando cree que el día ya ha acabado, siempre queda tiempo para un último baile más.
Le dije: -He leído más de lo que he vivido, por eso no encajo bien en el mundo.-
Me subió a su alfombra y comenzamos a volar.




Hay días en que no me quedan tripas para hacer de ellas corazón.

martes, 9 de diciembre de 2014

Palabras para C.



Yo sé que a veces piensas que la vida no es más que un decorado
donde no sirven champán ni días festivos.
Sé que a tu lado sólo ves relojes inservibles,
horas que se rompen como botellas en los parques.

Pero debo decirte que la vida es más que un nudo sin dedos,
que la vida es una mujer que se abre de piernas cuando te tratas bien,
que no puedes esperar a que sea el resto quien venga con regalos
aunque a veces tampoco pasaría nada si así fuera, ¿verdad?

Sería buena idea buscar una escoba de palabras
para barrerte por la noche el corazón,
cuando aúllan los lobos de la melancolía
y un nombre de 7 letras te estruja desde el pasado la garganta.

Pero tal vez no haga falta y sólo sea preciso
que dejes de esperar aquello que decides no encontrar.
Que no hay peor regalo que prohibirse la alegría
y sumarse al coro de los niños de veintitantos
que huyen de aquello que desean.

Sería bueno escapar de la autodestrucción por decreto
y volverte permeable alguna tarde
por si llueven cosas buenas por tu barrio.

Que yo sé que la vida te tiene reservados
cien veranos a la vuelta de la esquina,
canciones de ruptura que ya no hablarán de ti,
noches que durarán un año
porque pasarás esos 12 meses
abrazada al cuerpo que esperas.

La vida te tiene preparado un domingo
con forma de corazón y nombre de persona
y en la calle echarán una película
donde no ganarán los buenos pero al fin tú serás feliz.

Sé que se va a desplomar un cielo azul sobre tu casa
y serás capaz de ver lo que no ves:
que aquí afuera hay personas
que quieren dejar de ver a la niña
que se araña cuando no la miran
y eso sucederá muy pronto.

Que yo sé que sólo te hace falta conocerte
y perdonarte no haberte conocido mejor
cuando te culpabas por todo.
Que yo sé que ya eres esa persona
pero aún no quieres verlo y lo entiendo.
Que yo sé que tú eres el jinete y el caballo de carreras
y también el resto de jinetes y caballos de la carrera
y que ya estás en la meta.

Que yo sé que el camino hacia uno mismo
es el único que después del esfuerzo que supone
deja las suelas menos gastadas
y que en ese camino tú vas a dar
con brazos que te ofrecerán su paisaje,
con bares que no harán ya más preguntas,
con una soledad que no sea vista como una guillotina,
una soledad que romperás cuando tú quieras,
porque tú quieras, porque así te lo pida el alma,
para entregarte de lleno al amor más importante de tu vida,
el abrazo que se da uno mismo.

No tengo ninguna duda.
Sé que así sucederá.
Y que para que pase todo esto
solo hace falta una cosa:

que tú también lo sepas.


-Marwan-

Lo normal


jueves, 4 de diciembre de 2014

Tu amor en tiempos de olvido constante

Vivimos en el olvido
constante
por miedo a los bailes.
A quedarnos demasiado,
y que en tu ropa
se impregne el olor de mi miedo.
Huimos,
lloramos.
Amamos,
igual que amaban nuestros abuelos,
                       eternamente
tan solo unos meses
por miedo a perdernos.

Por miedo a perdernos la vida
y las cosas buenas
nos perdemos todo lo bueno de la vida.
El amor, sin sus espinas
el amor, con tus locuras.
Nos perdemos una tarde en el valle,
y volvemos a casa antes de que en el reloj
suenen las doce, por miedo a las calabazas
nos perdemos,
nos lo perdemos
                      todo.

Sin embargo tú, dispuesto a quedarte.
Me miras y te ríes de mi prisa
y de mi miedo a quedarme demasiado.
Sin embargo tú, dispuesto a quererme
Me miras y te ríes de mi huída constante
de mis bailes que terminan a las doce
de mis "hoy no puedo quedarme".
Porque siempre vuelvo al calor de tu cama.
Sin embargo, tú
sin miedo a lastimarte, me dices
que te quedas
esta vez por mí,
y mañana, te quedarás por ti.

Y yo,
que sigo rota
me acurruco a tu espalda
                      y comienzo a quererte,
                            a sentirlo y es
entonces cuando me abrazas más fuerte
y me siento capaz de amarte
(tan difícil en estos tiempos
de olvido constante).


miércoles, 3 de diciembre de 2014

Llegas y te atreves a amarme

En estos tiempos
en que se me enfría el café
(y el alma)
a la espera de una buena conversación.
En que la amistad no es
tanto como  decían
y se me parte en dos el corazón.
En estos años donde ya no escribo
cartas a los Reyes Magos
ni les pido que se acabe
la pobreza en el mundo.
En estos tiempos
en que descubro leones
que parecían corderos
y que vienen
a atacar mi parte más humana.
En estos tiempos
en que encienden las luces y todo se llena de ternura,
donde se cantan canciones
y en la televisión (a veces) no gritan.
En estos tiempos,

apareces tú

y me tiendes la mano,
y me llevas por las calles
de Madrid,
y hay un árbol
con sabor a piruleta y forma de corazón,
y el chocolate nos quema las manos, mientras nos besamos
en zonas prohibidas.
En estos tiempos
en que todo parece extraño,

llegas
y te atreves a amarme.