viernes, 25 de abril de 2014

El futuro.



De esas

veces
que te revienta el corazón de sólo escucharle.

Hubiera pagado un millón
por poder grabar el latido
de mi corazón
aquella noche
sobre su pecho.
Hubiera pagado un millón
de los grandes
por tenerle en mi vida para siempre
esa noche.

Como un reloj
que marca imparable
los segundos de mi día,
se me escapan los te quiero por la boca
y no los paro,
no son segundos, son esa medida del tiempo que no conocemos
la que hace eternas las palabras que nunca dije
en tu memoria.

Son los latidos
del exilio de los versos de un poeta.
Desesperación eterna,
cuerpos infinitos entrelazados
en palabras nunca dichas
que hechizan.

Mi redención,


cárcel de alma libre donde despliegan mis alas
en tu vuelo.

Lágrimas del diablo
cuando me encuentra en tu cielo,
en ti,
entre tus brazos,
dentro,
muy dentro
de mi.

No hablemos del futuro.
Silencio.




El futuro
esa cáscara fina que envuelve tus labios cuando me besas
y tú no estás.
El futuro
eso que más que magia es un desierto,
dónde sólo tengo sed.
Hambre de ti.

miércoles, 23 de abril de 2014

El día más importante de mi vida



Me preguntas por qué no te envié una invitación.
No es que no quisiera que vinieras, es que de ti era de la única persona que no podría haber soportado un no por respuesta. Aquél día, para mí, era más importante que cualquier otro en la vida de un hombre. Pero según me habían enseñado, esto nunca debiera ocurrir así. Mis hermanos no me acompañaron y mis padres me miraban desde el cielo. Sólo podría tener a alguien a mi lado ese día, a mi gran amiga : la soledad. Últimamente es la única que no me hace daño, nunca falla, nunca dice una sola palabra de más.
Volviendo a sobre por qué no te invité aquel día, supongo que nunca supiste aquello:
Había estado soñando con el día de mi reconocimiento como escritor desde que por primera vez mi madre me dejó tocar las páginas de un libro. Desde aquel momento, supe que algún día lo conseguiría.
Y allí estaba yo, rodeado de personas de un falso gesto amable que se clavaba en mis entrañas, desconocidos, verdugos que clamaban al cielo mi destino, sin ti.
Y tú, sólo preguntas por qué no te mandé una invitación.
Quise convencerme de que para mí ese día, nunca tuvo que ser importante. El día más importante de mi vida.

martes, 22 de abril de 2014

El dinero se acabará.
La belleza envejecerá.
La inteligencia menguará.


Procúrate, por tanto, una persona que te hable con la mirada y te toque con el corazón. Una persona que te cure con su dulzura, magia para tu vida ya gastada. Procúrate, por tanto, una persona que cuando todo se acabe esté siempre a tu lado dispuesta a volver a empezar. Una persona que logre quitarse las cadenas que lo atan para permanecer siempre a tu lado allá donde tú estés. Procúrate, por tanto, una persona rica en amor y entrega, bella en alma y con una inteligencia tal que le permita descubrir que tú eres su para siempre.

Como yo un día descubrí que tú eras el mío.

miércoles, 16 de abril de 2014

He cambiado


He cambiado

la foto de fondo
de mi escritorio,
(en la que bailabas
conmigo
aquella noche
que fue un sueño),

por la de una rubia
con los labios rojos,
Marilyn
Nunca te gustó.
Tú siempre fuiste más
de Audrey Hepburn,
y yo siempre tuve mucho
de niña
que se levanta la falda
por un caramelo.

En esta foto,
la chica lee.
Ya te advirtieron un día
que las chicas que leen
nunca fueron buena compañía.
Aún así,

me invitaste al baile,
al de tu vida.
Eso más que un baile
fue una noche loca.
Pero en la locura
me encuentro,
muy bien.

Poco después,
te pedí que subieras al barco,
al de mis zapatos.
Dijiste que no,
que ellos estaban muy altos y

muy cansado.

Ahora,

he cambiado.

La foto de mi escritorio,
por una rubia imponente,
yo,
hace tan sólo unos años.

Amantes, loco por mí

He tenido tantos amantes
Que ya no recuerdo 
sus nombres.
Sólo uno,
El de mi perro
Sansón.
Sin duda, el más fuerte de todos.

He tenido tantos amantes
Que ya no sé
Qué número eres tú.
La letra
Inicial de tu nombre, 
O si tu apellido 
Fue importante

Para la humanidad.

Tantos amantes 
Que no recuerdo 
El lunar que escondes.
Bajo
tu ombligo.
Donde pierde 
Mi mirada
Tu guerra de palabras 
En mi oído 
En aquel momento
En que somos
Uno.

Tantos 
Que no consigo 
Recordar tu sonrisa
Donde mi vida comienza.

Amantes locos 

Amantes  

Rotos.

domingo, 13 de abril de 2014

Tan sólo una capital

Camino por las escaleras interminables del metro de Bilbao. Aparentemente estoy erguida. Situada en el lado izquierdo de las escaleras por si alguien quiere pasar. En realidad voy de rodillas, arrastrada por el suelo recogiendo los pedazos de alma que has decidido dejar. Ahí está, desparramada, pisoteada, mi alma manchada, herida, diáfana, ocupa gran parte del suelo y siento como la gente la pisa al caminar. ¡No! ¡No, por favor! Grito a voz callada. ¡No la piséis por favor! Y la sigo recogiendo. Aparentemente sigo erguida, qué más da. La pisan, se ríen, continúan. Consigo hacerme con un trozo y de esta manera no rompo a llorar. Bien, lo he conseguido. Limpio los trozos que quedan y me quedo a solas con ella sin más, llorando su pérdida, qué más da. Hay ciudades que nunca necesitaron alma y esto sólo es una capital .

lunes, 7 de abril de 2014

Ahora que aún no tenemos nada



A veces pienso
que me voy a olvidar de ti
(como si eso fuera posible).

O peor, que serás tú quien se olvide de mí.
Porque pasan los días,
porque pasan las noches
y las mañanas sin ti.

Y las almas libres vuelan,
al atardecer.

Pero luego te pienso,
y me pienso,
y nos pienso.
No hay nada mejor, yo no lo he encontrado.

No sé si quizá tú.

Y pienso
en encajar. Y en lo difícil que es,
ser la pieza de puzzle
que construye un total.

Y en lo necios que seríamos
si corriéramos sin más
con cualquiera
que no
encaja,

lo ingenuos que seríamos
al pensar
que de un alma gemela


te puedes olvidar.

Lo absurdo que sería
si por miedo a perder,
lo perdiéramos todo
ahora que aún no tenemos nada


teniéndolo Todo.

sábado, 5 de abril de 2014

Miedo.



Tengo miedo. Pues claro que tengo miedo, ¡estoy acojonada!
Pienso en ti, y en mí. En esto, que es nuestro.

Y me paralizo.

Parálisis total.



Física y cerebral.


Del 80%, el resto lo uso para seguir pensando en ti, y en qué vendrá.
Mis amigos dicen que me brillan los ojos cuando te menciono, me piden que no sea fría, tan fría como lo he sido estos últimos años. Que no sea dura, ni egoísta, que haga un hueco en mi vida. Pero tengo miedo Chris, tengo mucho miedo. Miedo a que no estés, miedo a que te vayas... o mucho peor.. miedo a que te quedes y no seas lo que pareces, miedo a él, y a lo que fue, miedo a repetir el miedo. Miedo a la ceguera de cuando quieres demasiado, miedo a quererte y que quieras atarme, miedo a no poder marchar, miedo a temer tus manos, o peor.. miedo a temer tus palabras. Miedo a no ver si eres malvado, miedo...
No tengo miedo de ti, ni de mí.
Tengo miedo de él. Y de que exista en el mundo alguien igual, y que me muerda el cuello, y succione mi vida y mi sangre y  me deje sin alma. Miedo a no ser. Tengo miedo.

Ahora que todo va tan bien, que soy una, yo, por mí, entera. Que la zorra de la vida me sonríe y hasta me guiña un ojo cada vez que la miro desafiante. Ahora que no tengo miedo a nada, ahora que no hay nada que perder. Ahora que sale el Sol y cuando se va, viene algo mejor... el arcoiris. Ahora que todo es magia, yo sigo teniendo miedo.

Miedo porque estás tan cerca como tan lejos. Y para eso, hay pocos remedios.