viernes, 30 de agosto de 2013

Café en llamas




Un café 
y me llamas. 

Un café 
y te amo.


(Manuel Álvarez)


https://www.youtube.com/watch?v=sNcs0am9Gfk



miércoles, 21 de agosto de 2013

Milagros

Hoy he conocido a Mila, Mila tiene 81 años y una mirada tierna de adolescente. Es juguetona con las palabras y presuntuosa con las manos al hablar. Mila está enamorada. Lleva toda su larga vida enamorada y su sonrisa refleja el alma de su mirada. Mi imprudencia me ha permitido hacerle un comentario sobre la apariencia de juventud en una edad ya avanzada. Este, es el precio del amor... me comenta sin pudor la maravillosa Mila. Toda una vida enamorada. Dicen que en la vida hay tres amores: el primer amor, el amor imposible y el amor de tu vida. El primer amor de Mila, resultó ser su amor imposible, pues por condiciones de familia no les permitieron casarse. Pero resulta, que el primer amor imposible de la vida de Mila, va a resultar el verdadero amor de su vida. Tras 53 años sin verse, después de superar las muertes de sus respectivos compañeros de vida, se han vuelto a encontrar, y Mila sonríe como una adolescente y a Mila se le ilumina la mirada y Mila me mira y me suplica que crea en el amor... Y la abreviatura del nombre de Mila me dice que es Milagros. Quién sabe, quizá el amor exista, quizá los Milagros también, quizá no haya que esperar toda una vida, y si se espera... Quizá el amor nunca muera.

lunes, 19 de agosto de 2013


Yo que vivo con un reloj en el corazón,

ya no miro la hora. 




(Mathias Malzieu)






viernes, 9 de agosto de 2013

Dame tus imperfecciones, con ellas me conformo.



Vuelvo a casa. Es tarde y me empapo de la magia que irradian los alzamientos medievales en plena madrugada del mes de Agosto. Me acuerdo de ti. Ojalá estuvieras aquí. Ojalá fuera tu mano la que va cogida a mi cintura en este momento. Pero no, no es así, se desvanece tu figura y siento que estoy perdida. Te oigo sonreír mientras te cuento que me he perdido, no he de explicarlo, porque tú ya sabes que yo siempre me pierdo... Y te quedas mirándome, absorto en algo que no consigo entender. Resbalan lágrimas de soledad por mis mejillas y pienso que no querrías verme en ese momento, se enciende una luz y veo mi reflejo y mis ojos enrojecidos por el lagrimal, siento cómo tu mirada se clava en mi conciencia, repitiéndome que aún así me quieres más. Continúo. Sigo perdida y siento el frío en mi piel. Ya, ya oigo ruido, mi mente se calma y se excita a la vez por si acaso pudiera encontrarte. No sucede. Nunca sucede. Así que llego a casa, por fin, está él y me besa apasionadamente. Dejo todo encima de la cama y subo a mirar las estrellas. Pienso en ti. Te encantaría estar allí. He subido a respirar. Hemos subido. A Dan le da miedo, como de costumbre, pero quiere hacerlo. Y yo... Yo llevo un vestido, largo hasta los pies y tropiezo con alguna teja, siento tu mano y tu sonrisa al subir hasta ese tejado, una de tus locas y perfectas ideas, como siempre, como todo, como tú. Te echo de menos. Ojalá estuvieras esta noche aquí en mi tejado, las estrellas me miran y siento la soledad en cada poro de mi piel. Rompo a llorar. Es hora de bajar. A Dan le aterra pero lo consigue, estamos vivos, vivos pero sin ti. Vivos pero sin ella. Os echamos de menos. Yo lo hago, al menos. Tu frase me revienta los tímpanos al escuchar que prefieres así de cualquier modo... y al saber que hoy no te tengo de ninguno.



sábado, 3 de agosto de 2013

Creí que mi padre era Dios.




No, nadie nos ha enseñado a ser padres, eso es cierto. Pero tampoco nos enseñaron a ser hijos, ni si quiera hermanos. Creemos que hay unas pautas marcadas que seguir que son las que te marcan las necesidades como especie. No llego al fruto del árbol y papá o mamá lo consiguen porque son más altos. Tengo frío, mamá y papá consiguen arroparme. Hay tormenta y me protejo entre su regazo. Pero... ¿y fuera de esta etapa que recordamos como entre sueños? ¿Qué hay más allá de esta? Pues bien, lo que jamás nos han enseñado es que más allá de padre o hermano, somos personas. Personas que cometen errores, uno tras otro. Porque como humanos, somos seres imperfectos. Tomamos decisiones incorrectas y caminos equivocados, pero esto no cambia el hecho de que seguimos unidos por un hilo sanguíneo y sobre todo por el amor. Aún así, nos obcecamos en que papá, nunca puede equivocarse porque él es papá. No hay otra razón. Mamá no pudo hacer eso, porque es mi madre. Nos cuesta entender hasta el hecho de que un día caerán enfermos y los papeles cambiarán. Hay quien tarda tanto en comprenderlo, que no lo puede soportar. Tenemos tan metido el ideal de familia bien encajada y estructurada, que no nos damos cuenta de que antes que otra cosa fueron personas, con sus defectos y sus virtudes. Y es absurdo, pero a veces, comprendemos mejor la situación de alguien que no tiene nada que ver con nosotros que de aquel que nos dio la vida. Irónico, ¿verdad?. Pero yo no dejo de pensar en el título de aquel libro de Paul Auster que aún no he leído: "Creí que mi padre era Dios". Y como tal, como ser perfecto, no permitimos que dé ningún paso en falso. Pero... queridos amigos, he aquí la verdad. Si hay Dios, no es carnal, no es imperfecto, no es humano, ni terrenal... aquel cuentan que ya murió por todos nosotros. No me gustaría que mis padres o hermanos tuvieran que morir por mi.  Por tanto, hemos de aceptar, que además de miembros de una familia imperfecta son personas, personas que un día necesitarán de toda ayuda y apoyo, y aquel día... lo tendrán. Porque, como bien decía el principito: a las personas no hemos de entenderlas, si no amarlas.